- ruso-turcas, guerras
-
XVII a XIX. Rusia emprendió las primeras guerras (1676–81, 1686, 1689) en un intento infructuoso de establecer un puerto de aguas cálidas en el mar Negro. En la guerra de 1695–96, Pedro I se tomó la fortaleza de Azov, pero los rusos fracasaron en sus intentos posteriores (1710–12, 1735–39) de apoderarse de los Balcanes, lo cual condujo a la Paz de Belgrado. Durante el reinado de Catalina II, gracias a la primera gran guerra ruso-turca (1768–74) Rusia amplió sus fronteras hacia el sur y adquirió derechos imprecisos de protección sobre los súbditos cristianos del sultán otomano (See also tratado de Kuchuk-Kainarzhi). Catalina anexó la península de Crimea en 1783. En virtud del tratado de Iasi (1792), Rusia obtuvo toda la costa ucraniana occidental del mar Negro. Un nuevo conflicto (1806–12) condujo al tratado de Bucarest. En el s. XIX, se enfrentaron por el control de los estrechos de los Dardanelos y Bósforo, del Cáucaso y de Crimea. La guerra de 1828–29 finalizó con el tratado de Edirne (1829), que le cedió grandes franjas de territorio a Rusia. La guerra de Crimea (1853–56), sin embargo, fue un gran revés diplomático para los rusos. Durante el conflicto de 1877–78, Rusia y Serbia se unieron contra Turquía por la autonomía de Bosnia y Herzegovina. Pese al triunfo de Rusia, las ventajas que obtuvo mediante el tratado de San Stefano (1878) fueron limitadas por el Congreso de Berlín (1878) impuesto por Gran Bretaña y el Imperio austrohúngaro.
Enciclopedia Universal. 2012.